22 Jul ¿Qué es el glifosato?
Como empresa de control de plagas en Madrid queremos dedicar esta entrada del blog a hablar del glifosato, el herbicida más usado pero también el más polémico.
Muchos ayuntamientos españoles han anunciado que dejarán de utilizarlo paulatinamente para el control de las malas hierbas en parques y zonas verdes. De hecho, han sido muchas las voces las que han alertado acerca de los peligros del que es, como decimos, uno de los productos fitosanitarios más comunes.
¿De qué estamos hablando?
Es el principio activo de muchos herbicidas comerciales. Fue sintetizado por primera vez en los años 50 pero hasta 1970 no se descubrieron sus efectos herbicidas. Empezó a comercializarse en 1974 con el nombre de Roundup.
En los 90 se empezó a utilizar intensivamente este herbicida para eliminar las malas hierbas sin afectar a los cultivos principales. En el año 2000 empezaron a aparecer genéricos.
¿Cómo funciona?
Inhibe la ruta de biosíntesis de aminoácidos aromáticos, la ruta del shiquimato. Como es una ruta exclusiva de las plantas, prácticamente no tiene toxicidad en animales. Otro rasgo importante es que tiene una vida media muy corta (22 días) antes de biodegradarse en sustancias no tóxicas. Esto hace difícil que sus efectos acumulativos tengan un impacto significativo a medio-largo plazo. Sin embargo, en Coinve te recordamos que el glifosato está en la lista de “probablemente cancerígenos” de la OMS. De todos modos, hay herbicidas y pesticidas mucho más tóxicos que el glifosato. Por ejemplo, las atrazinas, que se siguen usando y son más problemáticas medioambientalmente ya que utilizan vías que no son exclusivas de la plantas. También el Paraquat, pesticida extremadamente tóxico para el ser humano y que puede producir vómitos, quemaduras o problemas neurológicos.
En resumen, el glifosato es un herbicida utilizado fundamentalmente en la agricultura intensiva considerado en 2015 como posible cancerígeno en grandes cantidades por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC). Algo polémico ya que se trata de una de las sustancias químicas más utilizadas en el continente. Sin embargo, la Autoridad de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias químicas (ECHA) rechazaron esas conclusiones y renovaron los permisos hasta el año 2022.
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