05 Abr El cambio climático y su incidencia en el comportamiento de los mosquitos
Según un estudio publicado recientemente por la Sociedad Americana de Entomología, la efectividad de uno de los insecticidas más utilizados para el control de mosquitos podría verse afectada por el calentamiento global. Si nos paramos a pensarlo no es tan extraño, ya que este invierno ha sido muy caluroso, afectando al comportamiento de estos insectos. De hecho, los mosquitos han estado presentes en meses poco frecuentes como diciembre o enero. Como empresa especializada en el control de plagas en Madrid a precios asequibles, nos hacemos eco de esta investigación con unos resultados sorprendentes.
El estudio ha sido realizado en la Universidad Estatal de Montana y los resultados del mismo han sido concluyentes: la permetrina resulta menos eficaz para eliminar el mosquito de la fiebre amarilla cuando hace más calor. Estos insectos son los encargados de transmitir numerosas enfermedades de diversa gravedad como es el caso del dengue. Hablamos de los mosquitos que se localizan en las zonas situadas en el trópico y subtrópico.
Según los investigadores, la efectividad de esta sustancia puede variar en función de la temperatura a la que se aplica. Desde Coinve queremos destacar que algunas de las zonas donde se aplica este tipo de tratamientos para el control de los mosquitos pueden sufrir cambias brucos de temperatura. Durante el estudio se analizó la mortalidad de los mosquitos ante la aplicación del insecticida, detectando ciertas variaciones.
El estrés al que se ven sometidos estos insectos al incrementarse las temperaturas puede hacer variar la efectividad de la aplicación de pesticidas pertenecientes a la clase de los piretroides. Destacando que las empresas de control de plagas deberíamos comenzar a determinar la temperatura a la que nos encontramos antes de aplicar un determinado tratamiento.
La investigación aporta varias conclusiones para explicar la hipótesis central del estudio. En primer lugar, puede que las temperaturas más bajas favorezcan los efectos de la permetrina al tratarse de una neurotoxina. Además, estas condiciones climatológicas contribuyen a que los efectos del pesticida se mantengan activos durante más tiempo. Finalmente, todo parece indicar que las temperaturas más bajas favorecen la capacidad del insecticida para cumplir con su finalidad.
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