Principales riesgos del ácaro de la paloma

Principales riesgos del ácaro de la paloma

Las aves pueden convertirse en un verdadero problema en algunas ciudades. Las palomas, por ejemplo, son portadoras de numerosas enfermedades y se reproducen con celeridad. Las consecuencias de las comunidades de aves no se reducen únicamente a las manchas y excrementos que dejan en edificios y monumentos. Es cierto que estamos acostumbrados a ver pájaros en las calles, convivimos con ellos y lo hemos normalizado. Nos gusta escucharlos cantar por la mañana y son muchas las personas que les dan de comer, creando puntos donde se dan cita muchos ejemplares de aves. Para acabar con este tipo de plagas en la capital no será suficiente con fumigar en Madrid, habrá que establecer medidas de control de su población y extremar las precauciones.

Las palomas pueden tener parásitos como los ácaros. Estos animales son omnívoros y suelen crear sus nidos en los resquicios que encuentran en las construcciones. Sus excrementos pueden colarse por los sistemas de ventilación o tuberías de los edificios y suponen un riesgo para la salud humana. Pero, además, también mudan sus plumas donde se alojan todo tipo de parásitos.

La especie de ácaro que ataca a las palomas es muy pequeño, rondará entre los 0,6 y 1 milímetro de longitud, pero igualmente activo. Entes de alimentarse cuentan con un color semi-transparente, pero al comer se vuelven rojizos. Son arácnidos por lo que cuentan con 8 patas en lugar de las seis, que caracterizan a los insectos. Los nidos son un problema, ya que los ácaros se multiplican con celeridad y suelen hacerlo en estas estructuras. Cuando tenemos uno de estos nidos cerca de la ventana, los ácaros pueden penetrar en casa y picar a las personas.

El comportamiento de estos arácnidos es muy similar al de las chinches de cama, de hecho pueden esconderse en pequeñas ranuras, colchones o cortinas. En Coinve queremos hacer hincapié en la necesidad de controlar las poblaciones de las aves. Además, es importante aplicar acaricidas en los nidos. Los pájaros ocupan las ciudades en busca de comida, agua y refugio. Sin embargo, pueden desencadenar un problema para la salubridad humana. Por esta razón, es necesario controlar la población para evitar la proliferación excesiva.

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